EL SENTIDO DE LA VIDA


Las preguntas sobre el sentido de la vida surgen inevitablemente a la largo de esta. Determinados acontecimientos de la vida nos la evocan antes o después. Estas preguntas nos exigen unas respuestas que nos llevarán a la felicidad dependiendo de la capacidad de responderlas en profundidad.

¿Qué quiere decir la palabra "SENTIDO"?
Por un lado es "significado", el porqué y el para qué ocurren esos acontecimientos; y por otro es "valor, orientación y finalidad", porque nos preguntamos hacia dónde se dirige nuestra vida y cuál será nuestro final.

Descubrir el sentido de la vida
Para llegar a la totalidad de la vida y al sentido de esa, tenemos que interpretar la misma vida. Cuando el sentido se descubre todo adquiere valor y significado.

Sentido y Felicidad
Están ligados ya que ser feliz consiste en vivir una vida con sentido. A lo largo de nuestra vida vamos tomando y eligiendo decisiones, en busca de mayores niveles de felicidad, que van constituyendo lo que somos, pero algunas personas toman decisiones erróneas. Nuestra felicidad depende de nuestras opciones y elecciones, pero algunos no consiguen alcanzar la felicidad o tienen muchas dificultades para ello entonces es cuando pierden las ganas de vivir y su sentido de la vida es diferente, "pierden el sentido de la vida".

El ser humano es un ser de esperanza, que da sentido a su vida viviendo en la realidad.



El 60-80% de todos los adolescentes y adultos que cometen suicidio tiene una historia de enfermedad afectiva. Algunos pacientes, sin embargo, aprovechan la enfermedad para desarrollar los matices de creatividad y liderazgo que comporta.
¿Por qué no piden ayuda?¿por qué no ven las cosas positivas? tienen que buscar una solución a sus problemas afrontándolos. Tienen que pensar en lo que tienen para vivir (el amor,  la familia...). Tenemos que valorar cada cosa de nuestra vida para ver su sentido.

El " sin sentido", quizá la expresión más dramática y radical la constituya el suicidio. Aunque resulta difícil describir un fenómeno tan complejo como este, se puede afirmar que detrás de cada suicidio se esconde una profunda insatisfacción. La persona no encuentra razones positivas para seguir viviendo porque no puede soportar lo que esa misma vida le ofrece. A menudo, las presiones sociales y los falsos ideales que se nos presentan generan frustración que puede degenerar en una infelicidad profunda. Pero también se danen nuestra sociedad vidas sin sentido aunque no lleguen al extremo del suicidio. Los fracasos acumulados a lo largo de la vida, los ideales no cumplidos y las expectativas que nunca se realizaron se ocultan muchas veces bajo vidas aparentemente normales. No es difícil encontrar mucho dolor y mucho sufrimiento en las vidas de personas con apariencia de cierta felicidad.

El sentido de la vida no nos viene dado por el mero hecho de nacer. Es el resultado de una voluntad y una lucha que debe comenzar por no dejarse embaucar por falsos ideales que no llevan más que a la frustración.
Quizá nuestra sociedad, a través fundamentalmente de la publicidad movida por intereses económicos, intenta suscitar en nosotros demasiadas "necesidades innecesarias" cuya satisfacción no aumenta nuestra felicidad. La primera medida, pues, para construir una vida con sentido, consistirá en descubrir aquello que de verdad necesitamos y dónde lo podemos encontrar.
Desde un punto de vista cristiano la vida tiene sentido: toda ella constituye una llamada que solicita nuestra respuesta, desde las injusticias y sufrimientos del mundo hasta la palabra de Jesús en el evangelio, que nos propone su modo particular de ser feliz. Él lo fue y su vida plena de sentido es una invitación constante.





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